domingo, 7 de marzo de 2010

EL ADIOS


Aquel adios sonó,
como el portazo
de cien puertas azules,
cerrándose de golpe;
y uno se queda fuera,
sin saber lo que pasa dentro,
con unas ganas de muerte
de que te inviten a entrar;
pero sabes que no lo harán,
que al menos esta mañana
las puertas están cerradas;
y te marchas a esa, tu playa,
a bañar tu soledad
en la soledad de las olas.
El sol, convertido en plata,
flota sobre las aguas.


Pozo del Esparto 18 Agosto 2002

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