jueves, 2 de enero de 2014

Un corcel de espuma blanca


Somos estupendos
y cuando no lo somos,
Somos la hostia!,
Vivimos en lo alto de una ola
Guardando el equilibrio,
Sabemos como esquivar,
Y como hundirnos en el fondo
Para volver a salir.
No escatimamos esfuerzos
Para volver al combate,
Ni nos importa el cansancio
O la sangre derramada.
Cabalgamos sobre la mar
A lomos de las olas,
Y cuando una nos suelta,
Ya exhausta sobre la arena,
Volvemos la vista atrás
Allá donde el horizonte,
Buscando una nueva ola,
Una más grande y más alta,
Un corcel de espuma blanca,
De esos que nunca se cansan
De galopar,
Del horizonte a la playa,
De la playa al horizonte,
Del horizonte a la playa….


El Veneno


Llevabas tanto veneno dentro
Y el dolor era tan intenso,
Que no podías ni morirte.
Tu alma quería escapar por la boca
En arcadas interminables,
Pero una y otra vez volvía
Hacia adentro, para volver a intentarlo.
Sentías que los ojos se te salían
De las órbitas, que te iban a estallar,
Pero seguían allí, dentro de las cuencas
Amenazándote con reventar.
Estabas pagando el veneno que tu mismo
Te habías inoculado, y pagándolo muy caro,
Con un precio que nunca hubieras imaginado.
Solo tenías ganas de acabar, de desaparecer
Y descansar de una vez, que todo terminara
Allí y ahora, sobre todo ahora,
Pero el final no lo escribimos nosotros.
El final siempre está escrito en la última página
Del  maldito libro,
 Que todos tenemos que interpretar.



EL PERFUME DEL AIRE


Deja la ventana abierta
Para que entre la tarde,
Que se mezan los visillos,
Y se vista la habitación
Con el perfume del aire.

Tarde de primavera,
Sol de lluvia en la bahía,
El invierno ya se va,
Y el azahar lo festeja
Con la flor de los naranjos.

El nazareno en su trono,
Vuelve a hombros
A la iglesia, la gente
Llora y le tira flores,
Detrás de sí va dejando
Olor a cera y a nardos.

Algunos dicen que han visto
Al mes de Abril acercarse,
Viene salpicando el campo
De flores y de colores;
 Margaritas;  amapolas.
Los almendros han florecido.

Deja la ventana abierta
Para que entre la tarde,
Que se mezan los cabellos,
Y se vistan nuestras almas
Con el perfume del aire.

                        Para Ana que a veces
                        Sabe vestirse

                        Con el perfume del aire

La vida en general…


La vida en general
Suele ser una mierda,
No porque la vida
sea una mierda en sí,
sino porque casi nunca
las cosas son  
como imaginamos.
El amor es un laberinto,
Imposible no perderse
Y mas difícil todavía,
Salir indemne de él.
La juventud,
Un hermoso espejismo,
Cuando la tienes no
La valoras y cuando
La pierdes, ya no tiene remedio.
El trabajo solo es
El peor remedio,
Para una enfermedad
Llamada pobreza.
Los amigos son solo
Pasajeros de tu mismo barco,
Compañeros de viaje,
Buena compañía para
un destino conocido.
La sabiduría, menuda putada,
Te cuesta toda una vida,
¡A buenas horas vienes, golfa!.
Ahora ya no  queda ni tiempo,
Ni fuerzas, ni cojones
Para hacer bien, todo
Lo que hice mal.
La vida en general
Suele ser una mierda,
Pero es la única mierda
Que tenemos,
Una insignificante mierda,
pero por alguna razón,
Que desconozco, nadie quiere
tirar de la cadena.


Cabezo de torres 16 feb. 07

COMO ESTRELLAS FUGACES





Hay existencias que se nos antojan cortas,
La tuya fue una de esas,
veloces y brillantes, como estrellas fugaces.
No tuvimos tiempo de conocerte lo suficiente,
no quisiste o no pudiste concedernos ese tiempo,
pero a pesar de que hoy,
el viento helado de tu ausencia nos envuelve,
hay algo que no pudiste llevarte contigo,
la suave caricia que nos dejó el haberte tratado y conocido.
        
Hay existencias que comienzan el vuelo
Con las alas emplomadas, como un pájaro herido.
La tuya fue una de esas,
Tu vuelo fue corto en el tiempo
Pero valiente y grácil en las formas.
Era duro andar el camino arrastrando cadenas,
Eslabones de insondables oscuridades,
Muros y tapias que se te antojaban infranqueables.
Pero aun así, anduviste el camino, con la mejor cara.

Por fin  has emprendido un vuelo libre,
Un vuelo sin plomo en las alas,
Lo hiciste a hurtadillas, en la noche;
Con la sencillez de los valientes.
No fue cobardía, ni huida,
tan solo un paso firme hacia un destino
que hacía tiempo, se dibujaba en el horizonte.
Seguro que allá, donde te llevan ahora tus alas,
Encontrarás la paz que esta vida te negó.

                                                 En memoria de Daniel